El Sol habla sin hablar.

-Hola- volvió a escuchar el grano de arena el siguiente amanecer -Hola- respondió. (El grano de arena era muy educado) -¿Cómo estás?- volvió a decir la voz. - Bien- dijo el grano de arena, cada vez más confundido... -¿ y tú?- Bien - dijo la voz.
Luego hubo un silencio.
La voz preguntó ¿qué haces?
-¿Descanso, y tú?
- No lo sé
-¿Cómo que no lo sabes?
- Nunca nadie me lo había preguntado.
-¿Y te lo habías preguntado tú?
-¿Por qué haces tantas preguntas?
- Por que soy un grano de arena. ¿Tú quién eres?
- Yo soy el Sol.
-¿El Sol?
- El Sol.
El grano de arena se despertó de su somnolencia, aunque estaba muy cansado y sólo quería dormir. Nunca había oído que el Sol hablara a granos de arena que descansaban en la playa. El grano de arena era curioso pero aún así no le preguntó al Sol por qué le hablaba. Supuso que el Sol estaba aburrido de estar allí arriba tan solo y sin siquiera saber qué era lo que hacía.
- ¿Grano de arena?
- Disculpa Sol, estaba pensando.
-¿En qué pensabas?
- La verdad, no lo sé - mintió.
- Creo que sueles pensar mucho.
- Es cierto, pienso demasiado.
- La verdad no me interesa saber qué piensas - mintió-
- Ya lo imaginaba - mintió el Grano de Arena.
- "Pienso tanto por que soy un Grano de Arena" dijo sin hablar el Grano de Arena.
- "Realmente eres un grano de arena muy hermoso" dijo sin hablar el Sol.
- Debo irme, dijo el Sol.
- Está bien.
- Tengo mucho que hacer ahora, dijo el Sol. Y agregó sin hablar. "Realmente no sé que tengo qué hacer, y menos por qué, pero tengo que hacer muchas cosas."
- Ve.
- Me gustó mucho hablar contigo, dijo el Sol, y agregó sin hablar. "Quisiera acercarme a ti, y no sé por qué no puedo."
- A mi también, dijo el Grano de arena.
- Me dijeron que mañana estaría aquí otra vez. ¿Estarás aquí mañana?.
- Estaré.
- Adiós.
- Adiós.