jueves, 19 de junio de 2008
El arena que quería ser roca II
Tras la espera, el grano de arena se dio cuenta de que sin querer, se iba adentrando cada vez más en la playa. El sol era cada vez más fuerte y su piel sufria. Se conformaba con la llegada de la noche... pero esta era demasiado fría... y la humedad, no la dejaba respirar. Soñaba que volverían aquellos días en los cuales todo era fresco y motivante. Se movía rápidamente para escapar de las pisadas, para ir a formar parte de los castillos, pero todo era en vano. Una vez, un niño hizo un hermoso castillo y le dijo: Te pondré en la punta del castillo, no más espera que lo termine, te prometo que quedará maravilloso. Pero el niño descubrió que ya no le gustaba ese castillo. Lo destruyó, sin aviso y sólo le dijo "Me voy a jugar paleta, ya no me gusta el castillo". Y el grano de arena, se quedó inmóvil, sin castillo, teniendo que seguir soportando el calor, la humedad, las pisadas y la imposibilidad de alcanzar la orilla donde había sido tan feliz.
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