miércoles, 25 de junio de 2008

El descanso

Tendido de espaldas bajo el sol, con los ojos abiertos y la mente en blanco, exhausto por todo lo ocurrido el grano de arena era.
Estaba feliz descansando y contemplando el sol, dispuesto a sólo contemplarlo y disfrutar de su calor. No le hacía falta el frescor de la orilla ni vivir en ningún castillo. El grano de arena era feliz mirando el sol. - Hola- escuchó. Le pareció extraño, los otros granos de arena curiosamente le hablaban para burlarse de sus ansias, para solazarse de risa de sus sueños, para debilitar sus fuerzas y para mermar sus anhelos. ¿Qué querrían ahora? Decidió ignorar la voz que oía y dormirse. Pero al día siguiente...

1 comentario:

Cristian dijo...

contemplar...

ver en lo cotidiano...lo oculto...la magia...