jueves, 16 de octubre de 2008

Señora

Señora, disculpe, ¿cómo voy a escuela militar?
Resulta que aún existe gente que tome puntos en las medias corridas.
Y quizá tengo apendicitis pero mi apéndice es tímido. (Y se esconde)
Y con a los sumo 3 mil caracteres aparezco repartida en una revista de modas.
Y a cada rato dan más reality shows porque al final lo que creemos real es una mentira...
Señora, disculpe, ¿cómo voy a escuela militar?. No tengo anillo, pero me dijeron señora. Quizá porque tenía una maxicartera, una tenida verde con burdeo y leía concentrada una revista en un paradero del transantiago.
Y entonces sonrío a dos colegialas y les digo que la 20, así noto la fila para la 20... Las colegialas comen su helado del bravísimo y rien a pesar de la fila. Son amigas que no se ven hace tiempo y han ido al cine según escucho. Llaman a sus madres y avisan el atraso. Y yo leo mi revista de modas en la que salgo publicada. ¿Señora, esta para en escuela militar nomás? pregunta una mujer mayor que se ha sentado a mi lado... sí, sonrío de cómo puedo representar tan poco o tanto. Un par de chicos muy guapos en un auto muy nuevo van en camino a ver el partido de fútbol. Uno toma cerveza de la botella. Los hombres del bus tienen la ansiedad marcada en sus caras. La ansiedad de demasiados partidos de fútbol que no alcanzaron a ver. Yo anoto la patente del auto y llamo a los carabineros. Pero no contestan. Qué carajo - pienso- hay partido de fútbol. Así que llegué a mi casa y lavé mi auto no sin antes calzarme unas botas de goma.