lunes, 16 de junio de 2008

El arena volvió a ser roca.

Había una vez un grano de arena que vivía en una playa del sur de un lugar muy lejano, muy triste y muy oscuro. Recordaba aquellos años de juventud en que solía ser parte de una enorme roca que desafiaba el mar. ¡cuántas veces miraba con envidia los granos de arena que eran felices tomando sol! Hermosas mujeres se posaban en ellas, niños de todas las edades disfrutaban construyendo castillos. En ese entonces, miraba con envidia esos granos de arena que también tenían la posibilidad de moverse... fue paciente, esperó y esperó que el mar golpeara la roca donde vivía. Le dolio muchísimo, hasta que por fin logró nadar en el mar. Qué bien se sentía en un principio, refrescaba el agua sin golpearla. Podia bailar feliz mientras el agua la abrazaba. Fueron días muy lindos, momentos maravillosos... piensa ahora. Luego de estar en el mar, decidió que quería quedarse salvando el calor en la orilla de la playa... y entonces, esperó...

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