Haré sonar tres veces mis zapatos rojos. Juntaré los talones así, y mis zapatos rojos mágicos me llevarán donde yo quiera. Pensaré con fuerza y en un-dos-tres-hui estaré en el mismo lugar de todos mis sueños, cada uno de ellos en el mismo y preciso momento de su concepción. Y mis zapatos me llevarán a todos mis sueños al mismo tiempo.
O quizá fui la mejor reina de las hadas, que jamás tuvo zapatos mágicos pero sí fue encerrada por una bruja que le quitó todo su poder. Pero luego lo recuperó. Y no hay camino amarillo.
sábado, 19 de julio de 2008
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1 comentario:
Siempre hay un camino amarillo, es que a veces está medio desteñido y entierrado, entonces no lo podemos ver.....
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