domingo, 11 de enero de 2009

No bote su voto

Mi prima Sara se casará el próximo Diciembre. Quiere ajustar la fecha de su matrimonio - que será en La Serena- para que no coincida con el fin de semana en que habrán elecciones presidenciales. Ella no vota, creo que su novio tampoco, pero padres, hermanos, tíos y primos - algunos amigos- sí lo hacen. Y es que con la reciente aprobación del proyecto de ley de inscripción automática, todos los mayores de 18 años - inscritos o no- podríamos formar parte del grupo de ciudadanos del país. Ahora que el deber cívico, o el derecho, de votar, se ha vuelto "más fácil". La participación, el decir "yo quiero que este sujeto me gobierne y no este otro" sería un trámite más. Es una lata; todo el país paralizado, generalmente hace calor, los periodistas tienen que hacer turnos especiales y la política se toma la crónica y las áreas de reportajes de los periódicos y canales de televisión. Pero, demonios, ¿cómo poder decir nada sin haber hablado en la elección?. Obvio que un voto no hace la diferencia, es lógica matemática pura. Y la democracia no es perfecta, pero es lo que tenemos. Si no puedes contra ellos, úneteles. Si no te gusta el sistema, cámbialo desde dentro. Cualquier otro intento será probablemente infructuoso - tal como concibes tu voto- pero además, puede ser reprimido, olvidado, afectar tu seguridad personal, etc. A nadie le importa aquellos a que no les importa. Tu voto es tu futuro, es tu presente, sea lo sea que salga. No importa que los candidatos sean malos, pésimos, estúpidos, ladrones, corruptos. No estás obligado a creerles. Pero elige, ahora que ni siquiera tienes que inscribirte. Levántate, agarra una micro y vota ese domingo. Después podrás decir, con toda propiedad, que la política es una mierda.

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